Una persona valorada y respetada por todos

In Memoriam: Prof. José Carlos Pastor Jimeno, por Prof. Dr. Julián García Sánchez: Catedrático Emérito de Oftalmología, Académico numerario de la RANME y Expresidente consejero de la SEO
El Prof. Pastor en su última participación en el Curso de Iniciación.

Por Prof. Dr. Julián García Sánchez
Catedrático Emérito de Oftalmología Académico numerario de la RANME Expresidente consejero de la SEO

Todavía tengo en mi memoria, como si hubiera sido hoy, la carta que hace 50 años me había enviado el Prof. D. Diego Díaz Domínguez para que recibiera en Cádiz al Dr. Pastor, pues estaba seguro de que tenía un gran porvenir y le gustaría que permaneciese con nosotros un tiempo para que, rodeado de gente muy dinámica, fuera para él una ayuda para «despegar» más allá de lo que él podía ofrecerle en Pamplona. En la carta figuraban una serie de observaciones personales de D. Diego que no voy a mencionar. Me hacía ver el impacto que le había causado su presencia y afirmaba estar seguro de que llegaría a ocupar, tanto en la Oftalmología como en la Universidad, un lugar importante.

La presencia de José Carlos en Cádiz no pasó inadvertida y muy pronto dimos por hecho que el pronóstico de D. Diego se cumpliría. Reconocer esto hoy, más de 50 años después, «a toro pasado», parece obvio, pero en aquel tiempo todos los que convivimos con él fuimos conscientes de que lo que afirmaba D. Diego coincidía con la imagen positiva que había dejado su presencia entre nosotros. Creo poder afirmar que durante toda su vida ha sido capaz de mantener unas excelentes relaciones con casi todos los compañeros, con independencia de las diferentes ideas que cada uno defiende acerca de la especialidad y los diferentes frentes y opiniones sobre la realidad presente y/o futura sobre las novedades que cada día nos invaden.

Situándonos en el presente, hace unos meses, cuando ya era evidente que la evolución de su proceso no tenía señal de evolucionar favorablemente, era capaz de mantener una conversación serena sobre lo que esperaba del porvenir y los planes que, con total entereza y los pies en la realidad, estaba dispuesto a llevar adelante mientras las fuerzas le permitieran tener dominado el ordenador. Me imagino que estas conversaciones no las mantenía únicamente conmigo, pues siempre fue persona valorada y respetada por todos, lo que me hacía suponer que tendría incluso exceso de compañeros y amigos hablando con él. De hecho, no lo llamaba más a menudo pues entendía que, en sus circunstancias, teníamos que ser respetuosos con el tiempo disponible para dedicarlo a sí mismo.

Dejando a un lado todas estas circunstancias, si pensamos en el legado que ha dejado tras su paso por la Oftalmología, soy consciente de que ha dejado bien «llenos» los espacios que se supone ha de ocupar un Profesor Universitario. En primer lugar, su labor docente como profesor de la asignatura. Todos recordamos el empeño que puso para que los «Guiones de Oftalmología» vieran la luz y además se mantuvieran actualizados en cada edición, gracias a su empeño en convencernos, a todos los que participamos en el proyecto, de la necesidad de colaborar para que la docencia fuese similar en sus objetivos en todas las Facultades. La génesis del proyecto fue especialmente importante para este logro; haber partido de un previo análisis de todas las partes implicadas, para determinar cuáles eran las verdaderas necesidades de los médicos de familia para diagnosticar y/o canalizar a sus pacientes, pidiendo su opinión a alumnos, profesores de Oftalmología y médicos de otras especialidades que nos señalasen lo que consideraban prioritario para «confeccionarlo». En esta misma línea de actuación, fue muy activa su aportación al programa de formación MIR durante su paso por la Comisión Nacional de Oftalmología.

Si analizamos el apartado de Investigación, ha quedado muy claro que su objetivo de dotar a la Universidad de Valladolid de una estructura líder en este sentido es una realidad que está ahí, bien visible, que le sobrevivirá en el tiempo pues él mismo se ha preocupado en elegir sucesores adecuadamente preparados para garantizar su continuidad. Por otra parte, el IOBA, no ha sido ni es un centro de investigación apartado de la realidad pues fue consciente desde sus inicios de que, para ser realmente eficaz, era imprescindible dotarlo de unas bases sólidas, que simultáneamente le mantuvieran con sus pies en la tierra para ser capaces de conocer y actuar sobre las necesidades reales de los pacientes. La coexistencia de un área asistencial le aportó la solidez necesaria al proyecto para perpetuarse en el tiempo, manteniendo una cierta independencia.

Sus andaduras por la Investigación, reforzadas probablemente con los numerosos contactos establecidos a través de su asistencia anual a ARVO, pasando por su incorporación a las Redes Temáticas del Carlos III desde sus inicios, de la mano del Prof. Sánchez Salorio, al que, desde su estancia como Prof. Agregado en Santiago, podemos considerar que era para él mucho más que un amigo. Como colofón, llegó a ser el tercer Coordinador General de OFTARED. También hay que subrayar que su «empuje» fue fundamental para que otros miembros del IOBA se incorporasen a otras redes, que muy probablemente no hubieran llegado a materializarse sin su impulso y ejemplo.

El Prof. Pastor y el Prof. García Sánchez, Invitados a la Inauguración del King Khaled Eye Specialist Hospital.

Su papel en la Asistencia desarrollada en parte en el Hospital Clínico, completada en el IOBA, que probablemente fue el logro que marcará, sobre todos, su paso por la Oftalmología, nos permite dejar perfectamente cubiertos todos los aspectos que se supone que debe cubrir el Catedrático de Universidad.

Tuvo un papel muy activo durante los últimos años como Patrono de la Fundación de la SEO; los Patronos, y yo como presidente, sentiremos mucho su falta y su entrega para la organización de los eventos de esta.

Finalmente, quiero dejar constancia que todo lo que acaban de leer no es «lo que cuenta un amigo», es, por encima de todo, una realidad avalada por sus publicaciones, y por la existencia de sus discípulos, que continúan su labor, y, aunque no voy a hacer una lista que todos conocen, sí quiero mencionar a Margarita, por ser el símbolo de su empeño en rodearse de los mejores, al margen de sus afectos personales. Y hablando de afectos personales, me quedo con la satisfacción de haber cumplido la petición del Prof. D. Diego Díaz Domínguez, de «vigilar» la trayectoria del Prof. Pastor. Si es cierto que existe otra vida, estoy seguro de que, ambos en su reencuentro comentarán con ilusión que José Carlos ha finalizado su estancia en la tierra habiendo «cumplido su misión».

¿Quieres conocer las últimas noticias y no perderte nada?

Al suscribirte, confirmas que has leído y aceptas nuestra política de privacidad