Por Prof. Miguel J. Maldonado
Catedrático de Oftalmología y director del IOBA, Universidad de Valladolid
El Profesor José Carlos Pastor es un referente insustituible para la Oftalmología y para la Universidad española. Su partida, el 30 de enero de 2025, ha dejado un vacío profundo que solo puede ser llenado por los recuerdos imborrables de su figura y por el legado que dejó en múltiples ámbitos.
En varias ocasiones, él mismo manifestó que sus dos grandes amores eran su familia y el IOBA, su principal creación. Como director del IOBA, puedo afirmar con certeza que esas dos pasiones fueron, en realidad, inseparables. Su familia y el IOBA formaban parte de un todo indivisible y el cariño que sentía por quienes trabajamos en el IOBA era tal que no dudaba en considerarnos su «otra familia».
Su entusiasmo por la docencia no solo dio lugar a la creación, impulso y perpetuación de cursos fundamentales para la Oftalmología española, como el Curso de Glaucoma —que en 2024 celebró su 44ª edición gracias a su empeño— o el Curso de Neuroftalmología, sino que también permitió el desarrollo de programas de Formación Continuada en la Universidad de Valladolid y en el IOBA. Estos cursos han sido una referencia para facultativos de todos los niveles, desde residentes hasta especialistas consolidados. Una de sus grandes contribuciones a la docencia fue la creación de los «Guiones de Oftalmología», un manual que se convirtió en un clásico dentro del panorama universitario español, ayudando a incontables generaciones de estudiantes a entender mejor la Oftalmología.
Siempre fue un gran comunicador, un docente excepcionalmente carismático. Así lo atestiguan los estudiantes de la Universidad de Valladolid, quienes, año tras año, calificaron a la asignatura de Oftalmología como la mejor de su curso, al igual que los residentes del MIR, quienes siempre recordarán la rigurosidad y excelencia de sus enseñanzas. Su método de formación era único: integrador, exhaustivo en todos los aspectos (teóricos y prácticos) y exigente. Los exámenes de su asignatura —en los que se requería un 9 sobre 10 para aprobar las preguntas básicas— y los rigurosos exámenes periódicos que impuso a los residentes del Hospital Clínico Universitario de Valladolid han quedado grabados en la memoria de todos como parte fundamental de una formación sólida y de altísimos estándares, que siempre superaba las expectativas que se tenían en España.
Esa exigencia, lejos de ser un obstáculo, forjó una Escuela de Oftalmología, que hoy perdura, tanto dentro como fuera de España. Los programas de posgrado que impulsó, como los másteres y el Programa de Doctorado en Ciencias de la Visión, completaron una oferta formativa sobresaliente, que consolidó al IOBA como uno de los centros más prestigiosos en nuestro ámbito.
El Profesor Pastor siempre fue un apasionado de la Investigación, y su mayor ilusión fue que esta investigación se tradujera en beneficios para los pacientes. Observé en él, especialmente en sus últimos años, un creciente empeño en hacer que la Investigación fuera cada vez más traslacional y aplicada. No solo su producción científica fue vasta y sobresaliente, sino que también supo transmitir su pasión por la curiosidad científica a generaciones de profesionales de diversos campos. Fue un firme impulsor de la investigación multidisciplinar e interdisciplinar, uniendo a especialistas de distintas áreas bajo un mismo objetivo: generar conocimiento que beneficiara a la sociedad y al paciente.
En todos sus proyectos, el Profesor Pastor mostró un espíritu innovador, que lo llevó a ser, en ocasiones, disruptivo y a veces incomprendido. De su ingenio nacieron el IOBA, el primer instituto universitario de la Universidad de Valladolid, y Vision I+D, la primera empresa «spin-off» de esta universidad. Su genialidad radicó en crear un modelo de investigación universitaria que integraba, de manera indivisible, la docencia, la asistencia médica especializada y la investigación. Un modelo de excelencia que no solo ha dejado huella en la universidad, sino que ha sido ampliamente reconocido por distintos estamentos de la sociedad y ha reforzado su prestigio.
Firme defensor de la investigación colaborativa, el Profesor Pastor jugó un papel activo en la promoción de redes científicas y en el desarrollo de proyectos conjuntos con instituciones de renombre, tanto nacionales como internacionales.
Emocionado y con cariño, siempre recordaré al Profesor José Carlos Pastor como un hombre enamorado de la vida, valiente y luchador en todos los terrenos -pedaleando en su bicicleta real y figurada, en los terrenos más abruptos y empinados- y, hasta el final, apasionado por su familia y por la Oftalmología; ambas unidas en el IOBA, para el que el epitafio de su carrera debería rezar eternamente: «Aquí yace un universitario».