Hay que saber hacer y hacer saber

In Memoriam: Prof. José Carlos Pastor Jimeno, por José García-Sicilia Suarez
In Memoriam: Prof. José Carlos Pastor Jimeno In Memoriam: Prof. José Carlos Pastor Jimeno
In Memoriam: Prof. José Carlos Pastor Jimeno

Por José García-Sicilia Suarez

Poco hay más que añadir a lo que han expresado los Profesores que han participado en este In Memoriam al Prof. José Carlos Pastor. Es una biografía abreviada, pero completa, de lo que ha sido su vida, tanto profesional como personal y familiar.

Conocí al Prof. José Carlos Pastor hace unos 46 años, durante su permanencia en Santiago de Compostela con el Prof. D. Manuel Sánchez Salorio, donde dejó un gratísimo recuerdo en la cátedra, durante su estancia como profesor agregado.

Por aquel entonces yo llevaba poco tiempo llevando la Secretaría General de la Sociedad Española de Oftalmología, con el Prof. D. Julián García Sánchez recién nombrado Secretario General. Con él le unía una gran amistad.

Fue un 23 de febrero de 1981 cuando vino a Madrid ya que, al día siguiente, 24 de febrero, se reunía el Tribunal para su tramitación a la catedra de Valladolid. Había quedado con D. Julián y fuimos a su casa. Una vez allí nos advirtieron que había un gran revuelo en el Congreso de los Diputados y que, con las noticias que llegaban, no era conveniente salir a la calle; lo mejor era que nos quedáramos allí, en su casa. Agradecimos la generosa y sincera oferta, pero decidimos salir a cenar, tal como habíamos quedado. Fuimos a L’Alsace, un restaurante próximo a la casa de D. Julián, y al término de la cena, y con las abundantes noticias que surgían entonces, decidimos salir caminando hacia el Congreso de los Diputados, al menos hasta donde pudiésemos llegar. Pasamos por toda la Calle Princesa, Plaza España, Gran Vía y llegamos al Paseo de la Castellana, hasta llegar a Neptuno. Allí vimos, en vivo y en directo, cómo estaba el exterior del Congreso de los Diputados. Comentario: «Pepe, aquí está pasando algo serio». Nos dimos la vuelta y nos fuimos paseando hasta el hotel Convención, donde se hospedaba, siendo las 04:30h de la madrugada. El resto ya es historia.

Él, en diferentes reuniones y congresos, siempre me comentaba su proyecto de lo que hoy es el IOBA. Hizo falta un esfuerzo administrativo encomiable, pero gracias a ese tesón al final fue una realidad.

Desde Valladolid dirigía el equipo editorial de los «Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología»; allí viajábamos mi hermana Carolina y yo para reunirnos con él para recoger los trabajos y directrices sobre la gestión administrativa que él nos iba entregando para la confección de la revista, realizada por él con todo el equipo de compañeros oftalmólogos y de otras áreas con el objetivo de conseguir incluir la revista en el Medline.

Nunca olvidaré el 10 de febrero del año 2000, cuando recibí una llamada suya diciéndome que la revista había sido incluida en el Medline con una de las más altas calificaciones: 3,9 sobre 4,00 (equivalente a «very good» en expresión del propio órgano calificador). Lo reflejó el periódico «Información Oftalmológica», en el número 2, de marzo-abril del año 2000. La alegría fue inmensa para todos.

Era un trabajador nato en todo lo que se proponía, a la vez que un apasionado de la Investigación en Oftalmología y, por supuesto, de su familia, amén de su deporte favorito, la bicicleta. En estos momentos, cuando escribo estas líneas sobre él, en este mes de febrero, mientras se está celebrando el 37 Curso de Iniciación a la Oftalmología (son 38 años, pero es el 37 ya que en el año 2021 no se celebró por el Covid) en el Instituto Ramón Castroviejo, me viene a la memoria su intervención del año pasado en la conferencia de clausura; como final de su intervención me dedicó su última diapositiva donde constaba la siguiente frase: «Hay que saber hacer y hacer saber», que es a todo lo que se ha dedicado toda su vida.

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