José Carlos, inolvidable amigo

In Memoriam: Prof. José Carlos Pastor Jimeno, por Prof. Manuel Vidal Sanz, Catedrático de la Universidad de Murcia
Fotografía cedida por E Salobrar, tomada el 28/X/2023 en el palacio de congresos de Valencia, tras la sesión «Young Ophthalmology and Vision Researchers» del congreso de la EVER. [1.ª fila, de izda a dcha, (LE Hurtado, E Salobrar, JJ Salazar, MP Villegas, JA Matamoros, J Gallar. 2.ª fila, de izda. a dcha., AI Ramírez, JM Ramírez, JC Pastor, M Vidal]. Fotografía cedida por E Salobrar, tomada el 28/X/2023 en el palacio de congresos de Valencia, tras la sesión «Young Ophthalmology and Vision Researchers» del congreso de la EVER. [1.ª fila, de izda a dcha, (LE Hurtado, E Salobrar, JJ Salazar, MP Villegas, JA Matamoros, J Gallar. 2.ª fila, de izda. a dcha., AI Ramírez, JM Ramírez, JC Pastor, M Vidal].
Fotografía cedida por E Salobrar, tomada el 28/X/2023 en el palacio de congresos de Valencia, tras la sesión «Young Ophthalmology and Vision Researchers» del congreso de la EVER. [1.ª fila, de izda a dcha, (LE Hurtado, E Salobrar, JJ Salazar, MP Villegas, JA Matamoros, J Gallar. 2.ª fila, de izda. a dcha., AI Ramírez, JM Ramírez, JC Pastor, M Vidal].

Por Prof. Manuel Vidal Sanz
Catedrático de la Universidad de Murcia

Agradezco a Información Oftalmológica la invitación para participar en el Memorial del Profesor José Carlos Pastor Jimeno, fallecido el pasado 30 de enero. Es difícil escribir sobre J.C. Pastor cuando concurren, como es mi caso, fuertes lazos de amistad y cariño, junto a un profundo respeto y admiración. Como universitario, creo que será recordado por dejar tan alto el listón a los profesores de especialidades clínicas, los vinculados universitarios, una figura esencial para la Universidad y el Sistema Nacional de Salud, que él supo interpretar a la perfección, pues entendió la vinculación universitaria como el modo con el que contribuir a la sociedad desde la Universidad, y desempeñó de manera ejemplar su triple faceta de especialista clínico de Oftalmología, de investigador de calidad y de docente en el ámbito de la formación de pregrado, postgrado, especializada y continuada. El Prof. Pastor forma parte ya del conjunto de ilustres oftalmólogos españoles reconocidos dentro y allende nuestras fronteras.

En el ámbito de la investigación e innovación, J.C. Pastor desarrolló una ingente labor, por la que recibió todo tipo de reconocimientos, galardones y premios, regionales, nacionales e internacionales. Creo que una de sus obras más trascendentales ha sido la creación y organización del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, reconocido como instituto universitario por el Consejo de Universidades en 1994. En sus 30 años de andadura, el IOBA se ha consolidado como una institución acreditada, prestigiosa y referente de la Oftalmología. Su lema, «Investigar para curar mejor», ha sido desde su inicio la idea rectora de sus actividades. El desarrollo conjunto de la docencia de postgrado, la investigación aplicada y la asistencia clínica especializada, constituyen la esencia del IOBA, por lo que J.C. Pastor luchó hasta sus últimos días.

Labor al frente de OFTARED

Especial consideración merece su impresionante capacidad como gestor científico, de la que comentaré únicamente su labor al frente de OFTARED. En 2002, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) puso en marcha las denominadas «Redes Temáticas de Investigación Cooperativa en Salud‑RETICS», unas estructuras dedicadas a fomentar la investigación biomédica y la traslación de sus resultados al Sistema Nacional de Salud. La Oftalmología ha estado presente desde el inicio, primero coordinada por el Prof. Manuel Sánchez Salorio† y posteriormente por el Prof. Julián García Sánchez. De 2012 a 2021 el Prof. Pastor coordinó OFTARED, una de las 17 Redes Temáticas de Investigación Cooperativa financiada por el ISCIII, que incluía la inmensa mayoría de los grupos de investigación en Oftalmología y Ciencias de la Visión de nuestra geografía. OFTARED estaba formada por 332 investigadores, configurados en 19 grupos de investigación y 8 grupos clínicos asociados, que pertenecían a centros de 15 ciudades, de 11 comunidades autónomas diferentes: Galicia, F. González (Complejo Hospitalario Universitario de Santiago); País Vasco, I. Rodríguez (Hospital Universitario Donostia); Navarra, J. Moreno (Clínica Universidad de Navarra); Aragón, L. Pablo, I. Pinilla (Hospital Universitario Miguel Servet, Hospital Clínico Universitario Lozano, Zaragoza); Cataluña, A. Adán, J. García, J. Gasull, A. Antón, S. Duch (Universidad de Barcelona y Hospital Universitario Clínico de Barcelona-IDIBAPS, Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona, Instituto Catalán de Retina de Barcelona; Instituto Condal de Oftalmología – ICO de Barcelona); Asturias, J. Merayo (Instituto Universitario Fernández-Vega – IUFV de Oviedo); Castilla y León, J. C. Pastor (Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada – IOBA, Valladolid); Madrid, J. García Feijoo, F. Muñoz, J. M. Ramírez, R. Herrero, J. G. Carracedo, (Hospital Clínico San Carlos, Hospital Universitario Ramón y Cajal, Universidad Complutense – Facultad de Farmacia, Universidad Complutense – Facultad de Medicina – Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo, Universidad Complutense – Facultad de Óptica y Optometría); Castilla-La Mancha, J. M. Ruiz, J. Escribano, R. Blanco (Universidad de Castilla-La Mancha, Albacete, Hospital Universitario de Guadalajara/Universidad de Alcalá); Valencia, J. Alió, N. Cuenca, M. D. Pinazo, C. Peris (Universidad Miguel Hernández, Universidad de Alicante, Alicante; Universidad de Valencia y Unidad de Investigación Oftalmológica; FISABIO-Oftalmología Médica – FOM, Valencia); Murcia, Mª. P. Villegas (Hospital Universitario Reina Sofía y Dpto. de Oftalmología de la Universidad de Murcia) y; Andalucía, E. Rodríguez de la Rúa, M. González, Mª. C. González (Hospitales Universitarios Virgen de Macarena, Virgen del Rocío y Virgen de Valme de Sevilla, Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba; Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada). Todos estos grupos trabajaban en un Programa de Formación y Científico común, denominado «Prevención, detección precoz, tratamiento y rehabilitación de las patologías oculares». Cuando se le propone hacerse cargo de la red temática de investigación cooperativa, su condición para aceptar esa nueva etapa fue la aquiescencia de todos los miembros.

J.C. Pastor reorganizó OFTARED en cuatro subprogramas principales y puso al frente de cada uno de éstos a un investigador clínico: retina (A. García Layana y posteriormente I. Pinilla), glaucoma (J. Moreno), mejora de dióptrico ocular (J. Alió) y enfermedad de la superficie ocular (J. M. Benítez del Castillo). Creó un Comité de Dirección, en el que nombró un secretario general de la red (P. de la Villa), incluyó a los responsables de los subprogramas principales, y me incluyó a mí con el encargo de dirigir el programa de formación. Se creó un comité asesor externo, así como diversos subcomités: i) Comité de control de calidad y evaluación (J. Escribano); ii) Comité de relaciones externas (J. Pintor†); iii) Comité de formación, movilidad e intercambios (Mª. P. Villegas), y; iv) Comité de transferencia (R. Herrero). Como coordinador, J.C. Pastor dinamizó la red y alcanzó muy importantes logros, entre otros, la consolidación a nivel nacional del espíritu de trabajo en Red en el ámbito de las ciencias de la visión. Tras muchos años de andadura OFTARED se había convertido en un gran paraguas que amparaba todos los grupos de investigación de nuestra geografía, interesados en la Oftalmología y ciencias de la visión. Sin embargo, y por motivos ajenos y contrarios a nuestra voluntad, en la convocatoria de 2021, la dirección del ISCIII, toma una decisión nefasta y remodela las redes temáticas de investigación cooperativa, que tan extraordinarios resultados habían dado durante tantos años (pues nunca antes se habían conseguido tales réditos científicos con tan exigua dotación económica), y, como consecuencia, nuestra red desaparece como tal, y algunos grupos pasan a formar parte de RICORS-REI, una red multidisciplinar de investigadores clínicos y básicos creada de impulsar la Medicina Personalizada y de Precisión en el área de las Enfermedades Inflamatorias.

Obra docente muy extensa

El Prof. Pastor era un enamorado de la enseñanza y su obra docente es muy extensa, pero me ceñiré a la colaboración que mantuvo con la Universidad de Murcia, iniciada a mediados de los ochenta pues era muy amigo del Prof. Jaime Miralles de Imperial†. A mediados de 2002, en una de sus visitas, nos propuso iniciar conjuntamente, incluyendo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un programa de doctorado interuniversitario en ciencias de la visión. En la actualidad, ese programa de posgrado interuniversitario (Máster y Doctorado en Ciencias de la Visión) coordinado desde la Universidad de Valladolid (Y. Diebold) sigue vigente, ha sido cursado por numerosas promociones de oftalmólogos, ópticos optómetras, y otros graduados de ciencias y ciencias de la salud, y participan o han participado junto al CSIC múltiples universidades españolas (Valladolid, Murcia, Santiago de Compostela, Navarra, Complutense de Madrid y Alcalá de Henares) y extranjeras (Coímbra). En su trayectoria profesional, J. C. Pastor abogó por la integración de los ópticos optometristas en el sistema público de atención al enfermo ocular, así como en las actividades docentes, investigadoras y asistenciales del IOBA. En la Universidad de Murcia, J.C. Pastor impartió, entre otras, la conferencia de inauguración del edificio de la Facultad de Óptica y Optometría, la conferencia conmemorativa de los 25 años de los estudios de óptica y optometría (2008), y en marzo del año pasado, celebrando los 30 años de la Facultad de Óptica y Optometría, dictó una lección magistral sobre la experiencia de la colaboración entre ópticos optometristas y oftalmólogos en el IOBA.

José Carlos era un líder nato, puntero en todos los campos en los que trabajaba, infatigable hasta desarrollar los proyectos que había diseñado, perspicaz a la hora de vislumbrar nuevos horizontes y audaz en la puesta a punto de tantas nuevas trayectorias. Gana por concurso oposición a los 29 años, la Agregaduría de la Universidad de Santiago de Compostela, y así se iba a convertir en uno de los catedráticos más jóvenes de España. Por entonces, el sistema universitario exigía del opositor superar seis ejercicios consecutivos y eliminatorios, que ahora pueden parecernos leoninos. Pero en aquella época, la métrica de las publicaciones, de las horas docentes o de gestión no tenían tanta importancia, lo que el tribunal valoraba era la brillantez y conocimientos del opositor, sus habilidades clínicas, así como su capacidad de trasmisión y comunicación, antes de comprometerse y apostar por un futuro profesor de universidad al que le daba la oportunidad de desarrollar su proyecto a lo largo de su vida profesional.

Entrega de la placa conmemorativa por el equipo decanal tras impartir la lección magistral el 7 de marzo de 2024 en la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad de Murcia con motivo del 30 aniversario de la titulación. [De izda. a dcha., C. Galindo (Vicedecana de estudiantes), E. A. Villegas (Decano), J. C. Pastor, M. Vidal, M. Avilés (Vicedecano de calidad)].
Entrega de la placa conmemorativa por el equipo decanal tras impartir la lección magistral el 7 de marzo de 2024 en la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad de Murcia con motivo del 30 aniversario de la titulación. [De izda. a dcha., C. Galindo (Vicedecana de estudiantes), E. A. Villegas (Decano), J. C. Pastor, M. Vidal, M. Avilés (Vicedecano de calidad)].

Hoy en día, los tribunales se basan en otros criterios más cuantitativos, pero al final hacen lo mismo; otorgan la confianza a un Doctor que promete como profesor y tiene una vida por delante para demostrar que el tribunal no se equivocó. En el caso de J.C. Pastor, ¡el tribunal acertó de pleno con su apuesta!

Un extraordinario legado

Consideración aparte merece su trato como persona, aunque para quienes no le conocían pudiera parecer una figura hosca, pronto emergía una calidez y ternuras inigualables para con todos con quienes trataba, ya fueran subordinados, pacientes, conocidos, colaboradores o grandes amigos. Destacó también su férreo sentido del deber, su tremenda ética, su inquebrantable escala de valores y su lealtad para con todos sus allegados. Pero, por encima de todo, su lealtad para con la Universidad, institución a la que dedica toda su vida profesional.

José Carlos era enormemente vitalista, le emocionaban y entusiasmaban cuantas experiencias le proporcionaba la vida. Disfrutaba de cada momento junto a su gran familia, de las conversaciones que mantenía regularmente con sus innumerables amigos, de una buena mesa, de un buen vino. Era un conversador infatigable y ameno, contando siempre toda clase de muy divertidas anécdotas con su peculiar sentido del humor. Este tremendo amor por la vida es el que le permite afrontar, tras su jubilación en 2021, la que sería su última gran batalla, combatir una cruel y despiada enfermedad, que al final se lo ha llevado. En el transcurso de su enfermedad sufre incontables contratiempos y grandes complicaciones que lo ponen al borde del precipicio en repetidas ocasiones, pero resurge de todas con una fuerza y tenacidad envidiables para seguir combatiendo, sin dar cuartel a la enfermedad, con su idea de que cuanto más en forma se encontrara, tanto mejor podría combatirla, y su desfogo consistía en entrenarse en la bicicleta, su deporte y pasatiempo favorito. La última gran complicación surge en agosto pasado cuando una de las metástasis vertebrales le origina un cuadro de compresión medular y paraplejia. Mi esposa María Paz y yo tuvimos ocasión de visitarlo pocas horas después del cuadro en el hospital, y su expresión y trato fueron encomiables, ni una sola palabra, ni un mal gesto de desánimo o de reproche a la enfermedad. Todo su interés era ver cuando lo podrían dar de alta y llevar a casa para recuperarse y rehabilitarse. Y así fue, a finales de noviembre, la última vez que lo visité en su casa con mi amigo Pedro de la Villa, estaba tan contento de haber conseguido volver a caminar con la ayuda de un andador, y de poder, con dificultades, manejarse y levantarse de la cama para sentarse en la silla de ruedas.

A quienes creíamos conocerlo, nos sorprende de nuevo, con ésta, su última y magnífica lección sobre «cómo encarar el final de la vida», consciente de que vivía a contrarreloj. Como buen docente, José Carlos tenía una extraordinaria capacidad para comunicar, y ha diseminado de forma excepcional entre las redes sociales, vehículo actual por excelencia de la comunicación, esta última gran lección sobre cómo afrontar el final con hombría, gallardía y dignidad, aceptando la enfermedad sin transmitir tristeza o desasosiego alguno a quienes te rodean, de los que quiso despedirse estando en sus cabales.

Si hay algo que caracteriza la labor de un profesor universitario es el ejemplo que transmite durante tantos años y la impronta que deja entre sus discípulos, es decir su legado. El saber hacer de su escuela profesional, el modus operandi del grupo que uno forma, la categoría científica y profesional del equipo que se construye y los valores humanos y éticos que se acuñan en el grupo. Todo eso es intangible, reconocible para quienes saben de su labor, y fruto de una vida profesional que perdura y trasciende en el tiempo a pesar de su ausencia. El Prof. Pastor deja una extraordinaria escuela, con excelentes profesionales, que a buen seguro continuarán el rumbo iniciado por él hace más de 30 años para seguir llevando a buen puerto, en cada una de las travesías que se propongan, a su buque insignia, el IOBA.

Personalmente tengo que decir que disfrutar de la amistad de José Carlos ha sido uno de esos regalos inesperados que me ha deparado la vida; nuestros encuentros eran ilusionantes y amenos, siempre había algún proyecto nuevo que desarrollar o explorar. Su ejemplo siempre me ha hecho verlo como referente universitario.

No quisiera terminar sin referirme muy sucintamente, a su familia, a la que desde estas líneas expreso de nuevo mi pesar; sus hermanos Salvador y Sara, sus muy queridos hijos Carlos, Salvador, Sara Margarita y Ana Isabel, sus nietas Leire e Irene, y su adorada esposa Margarita.

José Carlos, inolvidable y ya añorado amigo del alma, descansa en paz.

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